Costa Vasca

El País Vasco, Euskadi o provincias vascongadas, como cada quien prefiera llamarlo, cuenta con unos 220 km de litoral, distribuidos entre las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya. Posiblemente es una de las zonas que cuenta con localidades con más tradición turística del Cantábrico, —como San Sebastián, Guetaria, Zumaia o Zarautz— a la vez que se ha ido produciendo la modernización y transformación de las costumbres y de la sociedad. Cambios que se pueden reflejar de manera evidente en la ría de Bilbao, donde la revolución industrial del s.XIX la convirtió en un polo de actividad económica y de industrias, a renovarse con la revolución del conocimiento en los comienzos de este siglo XXI. En ello juega un papel esencial la presencia del museo Guggenheim y la apuesta por la cultura y el turismo de la ciudad. Todo ello sin olvidar la tradición, la industria y el dinamismo del conjunto de la economía y la sociedad vasca.

De hecho, en la oferta de los hoteles de la costa Vasca se pueden encontrar todo tipo de opciones. Desde aquellas instalaciones de carácter polivalente, para satisfacer cualquier necesidad, hasta aquellas orientadas a enfoques más específicos donde aprovechar desde las olas del mar hasta los senderos por los montes que se acercan a las playas o las primeras estribaciones del camino de Santiago que discurre por la costa. Los hoteles de la costa Vasca, dentro de su enorme variedad, atienden los gustos de las familias con hijos que quieren disfrutar de las playas de arena suaves y extensas, hasta la de quienes prefieren la aventura y los deportes de riesgo. Y también la de las personas que prefieren la talasoterapia y la calma de los balnearios de la zona… algunos ahí, de toda la vida.

Las olas de la costa Vasca se han convertido en una referencia en los deportes del mar. Entre ellos ha crecido de manera exponencial el Surf. Incluso creándose un estilo y un modo de estar en la playa con lo que algunos denominan “cultura surf”. Alojamientos e instalaciones pensadas para quienes disfrutan cabalgando sobre las más variadas olas del Cantábrico.

Desde los hoteles de la costa Vasca se puede gozar de la naturaleza en su esplendor. Por ejemplo en los distintos parques naturales de Pagoeta o de Aiako Harria y biotopos protegidos como los de Iñurritza, San Juan de Gaztelugatxe o la rasa Mareal y sus acantilados. Y, por supuesto de la de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Es una zona de marismas que tiene una gran singularidad, donde se mantiene un hábitat de un gran valor ecológico tanto de Euskadi como de todo el litoral cantábrico. Es un lugar especial para las aves migratorias y también para las personas que disfrutan observándolas en su diversidad. Para ello el otoño es una de las épocas más adecuadas. Además, los hoteles de la costa Vasca también permiten a los visitantes dejarse sumergir en el amplio y rico patrimonio cultural del territorio. Las fiestas populares y ferias, los monumentos y celebraciones son muchos y variados. Cada municipio tiene sus propias singularidades desde Hondarribia hasta Getxo. Los negocios, la historia, el patrimonio, la cultura, la tradición y la modernidad se distribuyen de manera arquetípica por toda la costa Vasca. Y desde las playas hasta el interior, sin alejarse demasiado las posibilidades se multiplican en todos los sentidos. Las rutas en bicicleta tanto de montaña como de carretera, la práctica del senderismo por los montes o por las partes más agrestes de la costa también son una opción a considerar. San Sebastián y sus alrededores destacan como referencia en el turismo desde finales del XIX. Su clásico e internacionalmente consolidado festival de cine, su rica actividad cultural y musical se ha visto más impulsada con la capitalidad cultural europea 2016. La playa de la Concha, el monte Igueldo, el casco viejo, el Kursaal, el Peine del Viento al final de la playa de Ondarreta, todo en una bahía que algunos consideran perfecta, hacen de la ciudad un lugar de obligada visita. Los hoteles de la costa Vasca y la rica oferta de restauración de la zona, cuentan con la presencia de los cocineros más afamados del mundo y con una gastronomía tradicional que no necesita presentación. Son tantas las recetas, los guisos, las denominaciones de los pescados, y de las carnes que van desde la merluza al Orio, el bacalao a la Vizcaina, al pil-pil… las sidras y el chacolí, los chuletones a la piedra. Unos comidos en los mismos puertos, como el de Bermeo y sus increíbles anchoas, o en las laderas de los montes. Son tantas las historias y la historia que se ha tejido y destejido en torno a las mesas del País Vasco que llenan páginas y páginas de placer de los más exigentes paladares. Las sociedades gastronómicas son referencia internacional y un símbolo de la cultura tradicional que se transmuta en otras esferas. En ellas los caseríos, baserri, que se adentran en el territorio se reflejan como una red de identidades que junto con las cofradías de pescadores han sido y siguen siendo organizaciones sociales de una relevancia crucial en la estructura social de la costa vasca.